domingo, 30 de enero de 2011

Más allá

Dios siempre ve más allá de lo que nosotros percibimos. Él nos conoce mejor que nadie en este mundo, el sabe lo que nos hace falta, y lo que debemos cambiar para mejorar y ser un reflejo de su amor en la tierra.

   Dios ve en lo íntimo de nuestros corazones y descubre la necesidad que tenemos de valor, fe, amor, confianza... Él permite que vivamos circunstancias que nos despierten, que nos moldeen como un vaso de barro en las manos del alfarero. Quizás, a veces, su presencia sea difícil de percibir frente al dolor, la humilllación, la nostalgia o el miedo. Pero está presente, su mirada nunca se aparta de sus escogidos. En la tormenta, debemos levantar nuestro rostro hacia Él y, así , ver más allá del presente.

   Dios nos ve como realmente somos, Él no se deja influenciar por nuestros errores o las opiniones de los demás. Él nos permite crecer paso a paso y, en vez de criticar nuestras fallas, nos apoya y nos anima a continuar. Cuando nadie más nos tiende la mano, su amor está listo para acogernos bajo sus alas y llevarnos más allá de lo que imaginamos. Él convierte el desierto en un paraíso, una vida a su lado es un sueño hecho realidad.
  
    Cuando nos enfocamos en lo que no conseguimos cambiar, en nuestros errores, en el presente incierto, impedimos que su mano actúe. Sin embargo, si conseguimos mirar más allá, permitimos que Él obre grandes milagros que considerabamos imposibles.