viernes, 29 de abril de 2011

Como en la realeza

Sé que esto no es un tema muy espiritual, pero para mí fue algo interesante. Hoy en la mañana se casó el príncipe William de Inglaterra con Kate Middelton. Digo que esto fue interesante porque cuando era pequeña siempre soñé en qué significaría casarse con un príncipe y convertirse en una princesa de verdad. Supongo que es el sueño de cualquier niña...

Ahora, al crecer, mi visión es distinta. Esa pareja, aunque tengan todos los privilegios (materiales) que puedan desear, carecen de lo más importante, la presencia de Dios en su vida. Sin el Señor dirigiéndo nuestros caminos, en particular en la vida sentimental, es imposible ser feliz. Sólo cuando ponemos nuestra vida en las manos de Dios y le permitimos obrar en nuestro futuro, Él nos garantiza (como un Padre amoroso) la verdadera felicidad en el amor.

Tengo un nuevo sueño en mi corazón, vivir los sueños de Dios. Pero ahora que lo conozco un poco más puedo decir sin equivocarme, Él realizará los deseos de mi corazón. Mi anhelo no es casarme sólo con un príncipe, eso no es lo más importante, mi deseo es casarme con un hombre de Dios. Además no necesito convertirme en princesa, porque ya lo soy... Soy hija del Rey de Reyes, Él ya ha preparado a un hijo suyo para que sea el príncipe de mi vida, y con Su bendición estoy segura de que ese sueño se volverá realidad.