martes, 12 de julio de 2011

Dios proveerá

Un momento, una mirada, un toque, una palabra... pueden convertirse en un milagro. Hoy lo comprobé. Recordé las semanas de sacrificio, pero todo el dolor se esfumó en un instante, cuando me sonrió. Todo mi mundo se redujo a ese lugar, el milagro de Dios para mi vida.

Lo considero un milagro, pues llegué a imaginar que un momento así era un sueño, algo imposible. Sin embargo, para el Señor no hay nada imposible, si colocamos nuestra fe en Él, si derramamos nuestra sangre sobre su altar Él jamás fallaría.

Ahora, ese instante no lo es todo. Aún falta mucho más, estoy segura. "Dios se proveerá de un cordero para el holocausto" dijo Abraham. Yo declaro lo mismo para esta Hoguera Santa. El día en el que suba al altar le presentaré mi sacrificio perfecto y tengo la certeza de que ya está obrando en nuestra vida. Hoy sólo fue un regalo, una forma de recordarnos porqué estamos luchando. Muchas gracias Señor.