miércoles, 31 de agosto de 2011

Dios está presente.

Cuando más lo necesitamos, Dios está presente.
Cuando nos sentimos más débiles, Dios está presente.
Cuando las fuerzas se agotan, Dios está presente.
Cuando las preocupaciones de este mundo nos atacan, Dios está presente.
Cuando la ansiedad nos tortura, Dios está presente.
Cuando lo buscamos con sinceridad, Dios está presente.
Cuando menos sentimos su presencia, Dios está presente.
En cada nuevo amanecer, Dios está presente.
En la noche al colocar nuestra cabeza en la almohada para descansar, Dios está presente.
En una hoja del árbol empapada de rocío, Dios está presente.
En un rayo de luna, Dios está presente.
En cada sonrisa, Dios está presente.
En cada beso, Dios está presente.
En el amor, Dios está presente.
En la tristeza, Dios está presente.

No importa cómo se sienta uno, no importa las dificultades que uno esté pasando, el Espíritu Santo está presente, mucho más cerca de nosotros cuando más lo necesitamos. Él es nuestro padre, nuestro amigo, nuestro amado...

Cuando sea la hora de dejar esta vida... Dios estará presente.