miércoles, 25 de mayo de 2011

Ruth

En la actualidad si una mujer queda desamparada por su familia o amigos puede verse en una situación difícil, pero ya hay más posibilidades para salir adelante, como muchas mujeres lo han hecho e incluso han llevado sobre sí la responsabilidad de cuidar a su familia.

Sin embargo, en el pasado no era así. La mujer que quedaba desamparada se hallaba en una situación donde ni siquiera tenía la oportunidad de trabajar para conseguir el sustento, sino que permanecía a merced de la caridad de los demás. La única oportunidad que una mujer tenía para prosperar era su matrimonio.

Considerando esto, la situación que Noemí y Ruth vivieron fue desesperante. No sólo fueron reducidas a la miseria, sino que ya no poseían ninguna opción real para superar las dificultades. El momento en el que Ruth rehusa volver a la casa de su familia, debió haber sido una desición drástica, pues en Israel estaba prohibido que se aceptara la convivencia con los moabitas y el matrimonio con una mujer de aquella tierra era considerado un  pecado.

Pero ella hizo caso omiso a todas las dificultades. El Dios de Noemí la impresionó de tal forma que no escatimó en sacrificar su futuro para seguirlo. Y el Señor honró su fe, Ruth hacía la diferencia en todo lo que emprendía, en todas las personas que la rodeaban. ¿Cómo lo conseguía? Ella no era una reina, ni una sacerdotisa, ni nadie en especial.

Pienso que Dios la bendijo por su carácter, por sus actitudes diarias. Ella hizo un gran sacrificio al seguir a Noemí, pero sólo pudo establecer la bendición en su vida por medio de sus actitudes día a día. La obediencia, la sumisión, la discresión, el esfuerzo en sus labores, la inconformidad (ella no permaneció encerrada en la casa para morir, sino que buscó hallar una salida y Dios dirigió sus pasos), la fe, la confianza... Sus virtudes hablaron más que su "defectos" ante los demás.

Booz quedó tan impresionado por ella que, al decidir tomarla como esposa, no le importó perjudicar su herencia o ser juzgado por su pueblo, sino que decidió tenerla a su lado. Puedo imaginar el brillo que había en ella, en su mirada, en sus actitudes, en sus palabras. Booz, quien era un hombre de Dios, consideró que estar con ella era un privilegio mucho  mayor que cualquier obstáculo, seguro el brillo de la presencia del Señor se dio bien con su corazón.


Esa es la diferencia que podemos hacer en nuestra vida y en la de los demás. Ruth le era de más valor a su suegra que siete hijos, ¿porque? Sólo por ser una mujer de Dios. Que el Señor Jesús me permita cada día hacer la diferencia hasta en los detalles más pequeños de mi vida, pues no estoy en este mundo para agradar o mostrar nada a los hombres, sino para glorificar al Salvador de mi alma.