viernes, 10 de junio de 2011

No es mi fuerza

El lunes deseaba tener más fuerza, hoy no. Dios habló conmigo, Él escogió a lo débil y a lo necio del mundo para avergonzar a los sabios. Entonces tengo certeza de que me escogió a mí. Mi victoria no radica en mi fuerza sino en Él. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece, puedo superar el dolor, la angustia, el miedo, la soledad, todo si el Espíritu Santo está conmigo.

Puedo mirar de frente hacia la tempestad y atravesar por medio de ella, confiando en que Él me está guiando. Puedo alcanzar montañas y derribar murallas, puedo hacer el sol parar, puedo tapar bocas de leones y subyugar fuegos impetuosos. No por mi fuerza, sino por su Espíritu, el cual me da condiciones de seguir. Aunque a veces yo sienta que no puedo más, Él me levanta.

Confío en Él, confío en mi misma, nada puede derrotarme. Es un fuego que arde dentro de mi alma y quema todas las dudas, todas las barreras. Es la indignación que consume mis días pero que me acerca más a Él. Lo que Él hará en mi vida nunca se ha visto entre mi pueblo.