miércoles, 1 de junio de 2011

Si tan sólo...

Si tan sólo supieras lo que provocas en mi corazón. Es indescriptible, sólo una palabra podría describirlo, gracia. Es algo inmerecido, un regalo del Señor. El sentimiento que despiertas en mi ser... bueno, creí que nunca lo sentiría por nadie; creí que sólo existía en la fantasía y la imaginación. Ahora percibo que cuando Dios está sobre mi vida, cualquier cosa es posible.

   Dios conoce mi corazón, el deseo profundo que tengo de hacer su voluntad sobre todo en mis caminos. Mi futuro está en sus manos, lo que es increible, es que ahora sé que mi futuro está a tu lado. No es una emoción, una utopía, el Señor me confirmó que me creó para ti. Todo lo que viví antes fue una preparación para aprender a superar las marcas que el pasado había dejado en mi corazon, las heridas que el divorcio de mis padres forjó en mi percepción del amor.

   Aprendí a colocar al Señor Jesús como el primero en mi corazón. Sé que mi felicidad depende de Él y que todo lo que pudiera conseguir en mi vida no es nada si Él no está conmigo. Esa es la base de un futuro tanto en la vida material como en la vida eterna. Jesús es mi anhelo, mi ansío, mi esperanza y, por si fuera poco, te trajo a mi vida.

   Siempre me haces sonreír, quizás esta frase suene trillada, pero si supieras... tantos años de vivir sin sonreír.  Tenerte conmigo significa tanto. Sigo luchando, perseverando sobre los obstáculos, sobre el cansancio, sobre cualquier cosa que se interponga entre nosotros... es una certeza que habita en el fondo de mi ser, Dios me está preparando para cumplir Su propósito en mi vida. Ese propósito nos incluye a ambos.