lunes, 14 de noviembre de 2011

Dios sí ve

Cuando nadie puede ver el sacrificio, Dios está más atento. Cuando parece que nadie reconoce el esfuerzo, Dios sonríe de gusto.

Dice en la Biblia que lo que hacemos en secreto nuestro Padre lo recompensará en público. En verdad, las personas a nuestro alrededor sólo están pendientes de nuestros errores, de juzgarnos y colocar más cargas sobre nosotros. Es más, nos presionan y presionan, cuando fallamos acaban con nosotros con sus palabras.

Pero con Dios es diferente, con Él tenemos seguridad de que cada responsabilidad es una oportunidad de agradarlo, Él jamás nos humillaría, sino que nos enseña con amor y, aunque nos llame la atención, lo hace como un Padre con su hijo. Él jamás nos haría sentir como un fracaso sino que su palabras nos recuerdan que somos más que vencedores.

Dios ve las lágrimas que derramamos pero nos levanta cuando nos sentimos más abatidos, el Espíritu Santo es nuestro consuelo, nuestra fortaleza cuando todos nos abandonaron. Cuado Él está con nosotros, nada de lo que nos digan puede apagar la certeza de que Él nos escogió y, que a pesar de nuestras debilidades, nada es imposible si creemos en Él.