jueves, 10 de noviembre de 2011

Renuncia

Renunciar es sacrificar.

En la vida hay cosas que sólo podemos conseguir si renunciamos. Por ejemplo, para ser un buen siervo de Dios es necesario renunciar a uno mismo, a nuestra propia voluntad, nuestro yo, nuestro ego, entre otras cosas. Si nos comportamos con orgullo, ¿qué testimonio le damos a quienes no te conocen?

En el matrimonio es necesario renunciar. Es como la relación en una familia, si no renuncio a reclamar sobre ciertas cosas que me molestan voy a terminar peleando con todos a mi alrededor. Son cosas pequeñas, pero si no renuncio a mi deseo de siempre estar en lo correcto, entonces se convierten en grandes conflictos.

Para tener una transformación total en nuestra vida, es necesario renunciar a nosotros mismos. Es necesario dar un basta y decidir renunciar a nuestro pasado con la mirada siempre hacia adelante, luchando por cada día ser más como el Señor Jesús.

Dios jamás olvida lo que hacemos, si renunciamos a algo por amor a su nombre, es como si sembraramos una semilla que Dios mismo cuidará y dará fruto a su tiempo.