martes, 22 de marzo de 2011

Hace seis meses

Hoy me preguntaba: ¿cómo era mi vida hace seis meses? No te conocía. ¿El sol brillaría con igual intensidad? ¿Las estrellas resplandecían con la misma fuerza? ¿Los colores eran iguales? ¿La música tenía el mismo significado? No lo recuerdo.

   Desde que entraste a mi vida parece que desperté de una pesadilla, como si todo el pasado obscuro se hubiera perdido en un instante. Dios borró todos los recuerdos tristes, los malos momentos y te trajo a mi vida, hace un poco menos de seis meses. Tan poco tiempo, pero parece que han pasado mil cosas, ha sido como vivir un año cada día, una hora cada segundo. Como si cada instante fuera precioso, un tesoro escondido que viene del Señor.

    Te trajo desde un lugar lejano, en el momento en que más lo necesitaba. No sólo eso, sino que preparó el instante cierto para que nos conocieramos. Nos dio tiempo para arreglar nuestros caminos y ahora, estoy segura, nos está preparando para su plan en nuestra vida. Por eso, a pesar de la distancia y el tiempo confío en Dios, si el hizo el milagro de cruzar nuestros senderos, confío en su dirección para nuestro futuro.

   Él nos conoce mejor que nadie, Él ve dentro de nuestros corazones, Él sabe lo mejor para nuestra vida. Puede que el corazón hable fuerte, pero la última palabra viene del Señor. Cuando Él está controlando nuestra vida, todo sale bien.

   Tengo una prueba perfecta de su majestad y sabiduría. Tan sólo en seis meses pudo hacer del desierto un verdadero paraíso... aunque aún falte mucho por recorrer.