lunes, 14 de marzo de 2011

Prioridades

Hoy venía meditando, todo en nuestra vida tiene un lugar, una posición que va de lo más importante hasta lo que no es tan inmediato. Dios debe estar en primer lugar, siempre.

¿Será que es así todo el tiempo? A veces, no lo creo. Hay días cuando nuestra agenda está muy ocupada, cuando el tiempo es corto para todo lo que queremos hacer, cuando desearíamos que los días tuvieran  más de 24 horas, y nos olvidamos de poner en primer lugar al único que es digno de estar en esa posición. Hoy en la mañana sólo fue cuestión de dedicar unos minutos para leer la Biblia y meditar en ella, sólo unos minutos que me acercan más al dueño de mis anhelos y esperanzas. Lo importante es no olvidarlo, y ponerlo en verdad en el primer lugar.

Después está la familia, puede ser la pareja, o los padres... Demostrar cariño. A veces pensamos estar tan ocupados con tareas y responsabilidades que olvidamos dar un poco de cariño a esa persona tan importante para nosotros. Hoy en la mañana sólo necesité un momento para dar un beso a mi mamá. Sólo un momento para demostrarle que la quiero y que, a pesar de las muchas presiones, ella es una parte muy importante en mi vida. Lo importante es no olvidarlo, y suponer que ella ya lo sabe y que no es necesario expresarlo.

Ahora tengo que apurarme, tengo mucho trabajo aquí en la escuela. Pero Dios es quien me dirige y permite que concluya con mis responsabilidades a tiempo. Su Espíritu me llena de sabiduría, fuerza, inteligencia y disposición para conseguirlo. Por eso es importante tener las prioridades en orden, si coloco a mi trabajo, pareja, o a cualquier cosa o persona por encima de mi Señor, ¿qué podré hacer por mí misma? Absolutamente nada.

Si nuestras prioridades están en orden, todo en nuestra vida estará en orden también.