No te detengas, aún tienes mucho por aprender. Corre con paciencia, no disminuyas el paso, la carrera apenas comienza. Confía, esfuérzate, vence los obstáculos que tienes frente a ti. Nunca te abandonaré. Sigue adelante.
La esperanza que vive en tu corazón no se apagará. Yo la renuevo cada día. No permitiré que la incertidumbre te domine, camina con seguridad, estoy guiando tus pasos cada vez más cerca de mí. Esta batalla ya fue vencida, tu victoria está garantizada si te afirmas en mis brazos. Sigue adelante.
No pienses que esta es la última vez que lucharás. Seguro ya entiendes que tu vida está hecha de estos momentos. Yo los coloco en tu camino para fortalecerte, eres quien eres por los combates que superaste en el pasado. Muchas lecciones las has aprendido por medio de las derrotas. En el futuro vendrán situaciones aún mayores que no podrías enfrentar si te rindieras hoy, te estoy capacitando para lo que tengo preparado para ti. Sigue adelante.
Pronto verás la respuesta que esperas. Mi tiempo es perfecto, ya lo verás. No te impacientes, ten confianza en mi voluntad, busco lo mejor para ti. Te amo, te cuido, te protejo, jamás dejaría que algo te dañe. El mundo puede abandonarte, tus amigos pueden traicionarte, la vida puede darte la espalda, pero yo no. Estoy contigo, esfuérzate, sé valiente, lucha, persevera, confía, permanece firme en la fe, verás mis maravillas con tus propios ojos.
"Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante" (Hebreos 12:1)
Sigue adelante.
