lunes, 7 de febrero de 2011

Ser valiente

Cuando tu corazón te grita con desesperación palabras de duda, ha llegado el momento de ser valiente. Olvidar las emociones que atan la vida al pasado, a la incertidumbre o a tantas cosas que sólo traen maldición para nuestras vidas y aferrarnos con toda la fe a la promesa que Dios nos dejó en su palabra. Es imposible ser defraudados por el Señor, ¿será que Él ignorará las súplicas de sus siervos?

   El corazón es engañoso y perverso, a veces vive de ilusiones, soñando despierto, intentado alejarse de la realidad. En otras circunstancias continúa encadenado a experiencias pasadas, que nada traen de berneficio para la vida del ser humano. No se puede confiar en el corazón, el único que en verdad puede transfsormar el desierto en paraíso es Dios. Es necesario, imperioso ser valiente. Enfrentar las dificultades con la cabeza en alto, seguir hasta el fin. Vencer o morir en el intento. Alcanzar los sueños con fe en que Dios no fallará.

   Ser valiente significa sobreponerse al miedo, duda, a cualquier cosa y basado en la Palabra del Señor ir adelante, pues la victoria es segura.