miércoles, 2 de febrero de 2011

Circunstancias

Dios puede usar cualquier circunstancia para transformar la vida de un ser humano. Aunque para el hombre sea imposible vislumbrar sus propósitos de muchas situaciones que acontecen día a día, el Señor tiene un plan incluso para el mínimo detalle de nuestro vivir.

   Nos imagino como una hormiga contemplando a una mujer tejiendo un sueter. ¿Será que ella puede encontrarle forma al tejido? Yo creo que la hormiga sólo podría ver un enredo de hilos sin sentido, una pérdida de material. Sin embargo la mujer que lo fabrica sabe que, a pesar de las apariencias, todo está planeado.

   Así somos nosotros, como hormigas contemplando la majestad de la obra de Dios, incalculable. Él sabe el motivo de cada instante de nuestras vidas, aunque nosotros veamos apenas un enredo de circunstancias, para el Señor todo es parte de Su perfecta voluntad

    En la Biblia se relata la historia de José, quien siendo joven, fue vendido como esclavo por sus hermanos quienes lo envidiaban, fue acusado injustamente por una mujer despechada y olvidado por aquellos que alguna vez ayudó. Pero Dios nunca se olvidó de él, aún estando en la cárcel, el Señor envió un sueño al faraón (el único que podría transformar la vida de José) y él pudo interpretar su significado. Además, todos los años como esclavo, empleado, e incluso, prisionero, le sirvieron a José como preparación para convertirse en gobernador de Egipto.

   El propósito en la vida de José se cumplió, a pesar de lo enredado de su situación. Sólo una pequeña circunstancia fue necesaria para que Dios restaurara por completo su vida. Así hará también con nosotros, es necesario ver más allá del presente, pues el tejido del Señor en nuestro vivir es una obra maestra.